Cuando hablamos de cuidarnos pensamos en hacer deporte y llevar una alimentación saludable. Disciplinas como el Tantra, que exploran el cuerpo humano y permiten disfrutar de él, mejoran nuestra salud. Te vamos a explicar por qué.
El Tantra es una tradición Hindú basada en textos espirituales, que entre otras cosas, mueve la energía sexual por todo el cuerpo con la intención de sanar, transformar e iluminar. Con sus ejercicios logramos relajarnos y reducir el estrés, mejoramos la respiración y la circulación periférica de la sangre, estimulando las terminaciones nerviosas, animamos nuestro estado de ánimo y potenciamos nuestra autoestima.
Marc, después de participar en un retiro tántrico organizado por Maite Domenech, formadora en Tantra, con varios libros en su haber y colaboradora habitual en medios de comunicación: radio, televisión, prensa escrita, comenta que descubrió herramientas que tenía en su interior que le hacían ser más feliz y mejorar algunos aspectos de su vida.
A un nivel, todos partimos de que existe una relación entre nuestras emociones y nuestra salud. Es lo que conocemos como los efectos psicosomáticos. Cuando estamos tristes y decaídos tendemos a tener las defensas más bajas y somos más propensos a enfermar.
Algunas personas cuando están nerviosas concentran parte de la tensión en el aparato digestivo, produciéndoles dolencias estomacales. Algo parecido sucede cuando estamos tensos por nuestras responsabilidades diarias, que cargamos toda esa energía en los omóplatos, el trapecio y la parte superior de la columna vertebral, sufriendo dolores de espalda.
También sucede el efecto contrario. Si nos sentimos felices y alegres, nuestra salud está en correspondencia con nuestro estado de ánimo. No experimentamos dolor, sentimos bienestar. La relación entre emoción y salud es evidente en el Tantra. Digamos que si practicamos Tantra, además de sentirnos más felices, nos sentiremos más fuertes.
El Tantra desde un punto de vista médico.
El sexo tántrico estimula a las personas a que conozcan sus cuerpos y a que estén en sintonía con ellos. La revista Medical News Today dice que el Tantra tiene repercusiones sobre la salud del cuerpo, ya que en su práctica intervienen acciones naturales del organismo como el control de la respiración, la relajación muscular y el desbloqueo de las terminaciones nerviosas.
En los ejercicios tántricos, un aspecto fundamental es la respiración lenta y profunda. Esto hace que nuestros pulmones se llenen de aire, llevando el oxígeno a todos los rincones de nuestro cuerpo. El ritmo de la respiración marca el ritmo de nuestros movimientos, lo que conduce al cuerpo a una progresiva relajación muscular y a una liberación de las barreras físicas y mentales que levantamos en torno a nuestras terminaciones nerviosas. Aparte de los condicionantes sociales, es normal que protejamos el tacto de nuestra piel. Además de ser un trasmisor del placer, es un punto de entrada del dolor.
El tantra nos lleva a conocer nuestro propio cuerpo, pero también a disfrutar del momento, percibiendo intensamente las sensaciones que experimentamos durante la exploración. Es un proceso parecido a la consciencia y a vivir el momento, que tan de moda se ha puesto con técnicas como el Mindfulness. Disciplinas que en la actualidad defienden los psicólogos como una terapia efectiva para combatir el estrés.
Los ejercicios tántricos te llevan a una concentración total en lo que estás haciendo. Lo cual contribuye a disipar de nuestra mente sensaciones como el dolor y los pensamientos negativos.
Los defensores del Tantra opinan que su práctica ayuda a combatir problemas de salud sexual como la eyaculación precoz, la disfunción eréctil o la anorgasmia. Esto se debe a que el fin del sexo tántrico no es el orgasmo inmediato, sino la exploración y disfrute del cuerpo.
Beneficios del tantra para la salud.
Como estamos viendo, el tantra tiene beneficios sobre nuestra salud. Recapitulemos 10 de los más importantes:
- Bienestar emocional: El tantra fomenta la conexión emocional, liberando tensiones y promoviendo un estado de calma y satisfacción.
- Mejora de la sexualidad: Practicar tantra conduce a una mayor conciencia sobre el cuerpo y a una conexión más profunda con la pareja, mejorando la calidad de los momentos íntimos.
- Reducción del estrés: Las técnicas de respiración y meditación del tantra ayudan a reducir el estrés, promoviendo un equilibrio mental y emocional.
- Fortalecimiento del vínculo de pareja: Al enfocarse en la comunicación y la conexión, el tantra fortalece los lazos afectivos y de complicidad entre los miembros de la pareja.
- Aumento de la energía vital: La práctica del tantra busca despertar la energía Kundalini, promoviendo una mayor vitalidad. La energía Kundalini es una fuerza espiritual, que según las creencias del hinduismo y otras tradiciones orientales, reside en la base de la columna vertebral. Se describe como una energía serpentiforme que puede despertarse mediante prácticas como el yoga tántrico, ascendiendo a través de los chakras para proporcionar un aumento de la vitalidad.
- Desarrollo personal: El tantra aborda el crecimiento personal a través de la autoexploración, permitiendo a los individuos conocerse mejor y alcanzar su máximo potencial.
- Mejora de la flexibilidad: Algunas prácticas del tantra, como el yoga tántrico, contribuyen a mejorar la flexibilidad, fortaleciendo el cuerpo y favoreciendo la movilidad.
- Conciencia plena (Mindfulness): Como hemos señalado antes, la atención plena es una parte integral del tantra, cultivando la conciencia del momento presente y promoviendo una mentalidad centrada.
- Equilibrio energético: El tantra busca equilibrar los chakras y canales de energía, proporcionando armonía y bienestar en el cuerpo y la mente.
- Estimulación del sistema inmunológico: La reducción del estrés y la promoción de un estado de paz mental, por medio del tantra, pueden tener beneficios positivos para el sistema inmunológico. Fortaleciendo nuestras defensas y reduciendo el riesgo a sufrir enfermedades de origen vírico y bacteriano.
Relación entre la sexualidad y la salud.
Aunque el Tantra no tiene únicamente una dimensión sexual, es lo que conocemos como sexo tántrico, me he querido centrar en este aspecto a lo largo del artículo porque es más evidente su relación con el cuerpo.
Desde la época de Freud ya se establece una relación directa entre sexualidad y salud. Para el padre del psicoanálisis, la sexualidad es una fuerza impulsora para el desarrollo de la personalidad, así como el origen de trastornos neuróticos, perturbaciones del carácter e inhibiciones funcionales. Ocasionadas, principalmente, por la auto-represión del individuo de sus instintos sexuales, bien sea de forma consciente o por medio del subconsciente.
Digamos que las normas sociales actúan sobre el individuo, principalmente de forma interna, no externa. Esta es la causa de la enfermedad. La lucha del hombre por reprimir sus pulsiones sexuales. Hay que destacar, que para Freud, la sexualidad tenía una dimensión bastante amplia, no se limitaba a la genitalidad. Incluía aspectos como la relación con otros hombres o el debate intelectual, partiendo de los conceptos de placer y displacer. Para Freud, la sexualidad estaba presente en el nacimiento y terminaba con la muerte.
Las teorías de Freud fueron polémicas en su momento y lo continúan siendo en la actualidad. La sociedad ha preferido desarrollar teorías empíricas como el conductismo antes de dar cabida a los planteamientos del psicoanálisis. De todos modos, las ideas de Freud cambiaron para siempre el enfoque social que se le da a la sexualidad.
En un plano más físico, el blog Doctor Akí afirma que el sexo placentero es una fuente de salud. Estas son algunas repercusiones que tiene sobre nuestro cuerpo:
- Reduce el colesterol. La sexóloga Alessandra Rampolla señala que practicar sexo de manera habitual reduce los niveles de colesterol en el cuerpo, logrando un equilibrio más saludable entre el colesterol malo y el bueno en el torrente sanguíneo.
- Mejora la salud cardiovascular. El sexo es un ejercicio físico moderado, con beneficios para nuestro corazón, equiparables a caminar, correr, nadar o ir en bicicleta.
- Mejora la circulación sanguínea entre el corazón y el cerebro. Durante el acto sexual aumenta el ritmo cardiaco, lo que hace que el corazón bombee más sangre que llega al cerebro. Esto favorece un funcionamiento cerebral óptimo, ya que llega más sangre oxigenada a nuestra cabeza, lo que permite una mejor regeneración de las neuronas.
- Reduce el estrés. Las personas que tienen una vida sexual sana suelen sentirse más felices y relajadas. La terapeuta sexual Laura Berman señala que el sexo no solo hace que nos sintamos más unidos a nuestra pareja, sino que promueve un estado mental positivo, que hace que los episodios de estrés tiendan a decrecer.
- Es un estupendo analgésico. El sexo alivia los dolores musculares y, principalmente, el dolor de cabeza. Esto se debe a la reactivación de la circulación sanguínea. Frente a la clásica excusa de: “cariño, esta noche no hay sexo porque me duele la cabeza”, lo cierto es que el sexo es un buen remedio para las migrañas.
- Ayuda a conciliar el sueño. Muchos hombres se quedan dormidos después de practicar sexo. Además del esfuerzo realizado, en el orgasmo se libera oxitocina, una hormona con efectos relajantes.
Sentir el cuerpo es una indudable fuente de placer que también mejora la salud de nuestro organismo, por lo que vale la pena explorarlo.