¿Por qué se valora más la reforma del baño y la cocina?

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Es una tendencia con la que venimos teniendo contacto desde hace bastantes años. Da la sensación de que una vivienda que cuente con estas dos estancias reformadas nos ofrece una mayor garantía de calidad de vida… y lo cierto es que realmente es así. Hemos querido saber qué nos conduce a pensar de esta manera y por ello hemos entrado en contacto con los amigos de Reformas El Baúl.

Lo que nos han indicado es que lo primordial a la hora de valorar la calidad de vida en el hogar es la higiene. Y la gente se ha dado cuenta de ello, sobre todo desde la pandemia. En todos los lugares de la casa es importante mantener un mínimo de higiene en todo momento, pero en el baño y en la cocina es donde más pendientes solemos estar de este tipo de cosas. En primer lugar, porque el baño es un lugar especialmente diseñado para que cuidemos de nuestro aseo personal. Y, en segunda instancia, y refiriéndonos a la cocina, porque es en este lugar donde puede acumularse un alto grado de suciedad como consecuencia de la realización de las distintas comidas diarias y de la presencia de los cacharros que usamos para consumirlas. Cacharros que, si no se lavan, ocasionan graves problemas de higiene.

Como es lógico, no es lo mismo poder contar con un baño y cocina nuevos a que estas estancias necesiten una rehabilitación. En una cocina vieja, tendremos muchos más problemas de espacio y de comodidad para hacer esas comidas… y en un baño antiguo quizá podamos tener problemas como las filtraciones de agua a otras estancias de nuestra casa o a las estancias contiguas de nuestros vecinos. Por tanto, siempre es conveniente que la cocina del baño de nuestra vivienda estén lo más modernizados posible.

De hecho, y como seguro que habéis visto si es de vuestro interés alquilar un piso, el propietario del mismo siempre destaca en el anuncio que la cocina o el baño están reformados si verdaderamente es así. Se trata de un argumento de ventas muy interesante y que sabe de sobra que va a captar vuestra atención. Y es que no es lo mismo, ni tan siquiera se parece, que tengamos estas estancias reformadas a que presenten algunas imperfecciones producidas por el simple paso del tiempo.

Como es lógico, también es interesante que espacios más dedicados al ocio o al descanso, como lo pueden ser el salón o cualquiera de las habitaciones que componen cada domicilio, estén reformados y se hayan dispuesto de tal modo que se pueda disfrutar al máximo del tiempo que pasamos en ellos. Pero sí que es verdad que siempre se suele considerar más importante o prioritaria la reforma de la cocina o del baño por las causas de las que os hablábamos más arriba. De hecho, a la hora de acometer una rehabilitación, hay muchos propietarios que prefieren ir realizando la por fases, encontrándose siempre entre las primeras de esas fases la reforma o modernización de la cocina y el baño.

No hablamos de un simple cambio de azulejos “y ya está”

Cuando hablamos de reformas en estancias como el baño o la cocina, no nos estamos refiriendo a pequeños cambios en la imagen de estos espacios. No nos limitamos a cambiar solamente los azulejos y paramos de contar. No. Hay que preocuparse de otras muchas cosas, cosas que son las que van a hacer realmente posible que encontremos una ganancia en lo que a calidad de vida, a higiene y a comodidad se refiere.

Las reformas a las que nos referimos en estos espacios tienen más que ver con aspectos de corte más integral. Es decir, nunca se ha de renunciar a cambiar la disposición de los muebles que forman parte de una y otra estancia… y, por supuesto, no se ha de renunciar al cambio de esos muebles. Es posible que necesitemos una encimera más grande para la cocina, la instalación de un lavavajillas, más cajones en los que poder guardar la vajilla… para lograr eso, quizá sea necesario incluso ampliar una estancia como esta y coger parte de otra habitación o de un patio. Este tipo de proyectos se realizan día a día.

En el baño, ocurre tres cuartos de lo mismo. Resulta una estancia especialmente incómoda si es pequeña… algo que suele ser real en pisos que ya son viejos. Instalar una ducha en condiciones, un lavabo nuevo, hacer la ventana más grande… suelen ser cosas habituales en este tipo de proyectos, si bien hay otras muchas cosas y que también pueden generar la necesidad, como ocurría con la cocina, de que el espacio dedicado al baño se amplíe.

La verdad es que hay que tener siempre en mente un tipo de reformas como de las que estamos hablando cuando nuestra vivienda tenga una determinada edad. Debemos ser conscientes de que la vivienda y los materiales que la componen se van desgastando con el simple paso de los años, del mismo modo que ocurre en el caso de las personas, que nos vamos haciendo mayores conforme avanza el tiempo y nuestros huesos, músculos y articulaciones se van desgastando. Actuar a tiempo puede ser la gran diferencia entre tener una calidad de vida de lo más interesante en nuestra propia casa o no disponer de ella.

Una rehabilitación necesaria en multitud de viviendas españolas 

Son muchas las viviendas que se sitúan en nuestro país y que van necesitando una rehabilitación. Tengamos en cuenta en este sentido que, a lo largo del siglo XX, sobre todo en la década de los 70, se levantaron muchos edificios y viviendas por toda la geografía española. Esas construcciones ya han cumplido los 50 años, el medio siglo, y la verdad es que es idóneo que sus propietarios empiecen a pensar en una reforma porque es posible que ya hayan empezado a notar alguno de los efectos relacionados con la fatiga de los materiales.

En una información que publicó la página web Idealista, que ya sabéis que experta en cuestiones ligadas al hogar, se indica que un total de 9 millones de viviendas en España van a tener que acometer obras de rehabilitación en algún momento en los próximos años. Esa es una consecuencia directa de lo que he indicado en el párrafo anterior y que está relacionada con la edad de los edificios, un asunto que tenemos que tomarnos muy en serio porque puede determinar la calidad de la que dispone nuestro hogar.

No solo estamos hablando de rehabilitaciones en baños y cocina, como estábamos haciendo antes. Ahora nos referimos a cualquier tipo de reforma o mejora que se os ocurra para la vivienda. Como es lógico, todas las estancias del hogar se van desgastando y lo lógico es que las tengamos en mente para cuidar de la comodidad en cada rincón de nuestro hogar. Merecerá la pena que se invierta algo de tiempo y dinero en este tipo de cuestiones porque las personas beneficiadas vamos a ser nosotros y nosotras mismas y nuestras familias.

Las rehabilitaciones son obligatorias. Es algo que tenía que llegar sí o sí porque de ellas depende la seguridad de nuestra familia, la nuestra propia y la de todas esas personas que se puedan considerar nuestros vecinos. La ley se ha puesto especialmente dura en este sentido y la verdad es que no es para menos. Las revisiones de los edificios son periódicas a partir de una cierta antigüedad y lo cierto es que, en España, las personas que trabajan en este campo tienen bastante trabajo por delante.

Viendo que la necesidad de rehabilitar es algo bastante grande en buena parte del territorio nacional, la Unión Europea ha otorgado para nuestro país una serie de ayudas para las familias o personas que se encuentran a cargo de una vivienda que ya requiere de una rehabilitación. Es una verdadera suerte que así sea porque, de este modo, se incentiva la realización de la rehabilitación y se fomenta la seguridad y la renovación de los edificios.

A fin de cuentas, es lógico lo que he indicado en el párrafo anterior puesto que, en el resto del continente, también se ha apostado por la rehabilitación de edificios, si bien se ha producido antes que aquí. En países como Alemania o Francia ya se ha apostado por la rehabilitación múltiple de edificios que fueron levantados después de la II Guerra Mundial y que, a finales del siglo pasado, ya tenían 50 años de antigüedad. Algo similar ocurrió en lugares como Italia, Bélgica o los Países Bajos.

Rehabilitar es darle vida a nuestros espacios vitales y no se puede desaprovechar la oportunidad de acometer una rehabilitación, máxime si parte de la obra viene financiada por las instituciones públicas. La importancia que esto va a tener a lo largo de nuestra vida es muy grande porque no hay nada que valga más que la seguridad y la comodidad propia y la de las personas que conviven con nosotros.

 

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