Con todo lo que ha pasado con la pandemia y con lo que sucede en el mercado laboral, donde cada vez es más difícil conseguir un trabajo, muchos son los que se plantean la modalidad del teletrabajo.
A pesar de lo que pueda llegar a parecer, hay aspectos que muchos desconocen o malinterpretan. Y es bueno saberlas antes de tomar una decisión.
Sí, se siguen registrando las horas de trabajo
Uno de los mitos más comunes sobre el teletrabajo es la idea de que los empleados pueden trabajar cuando quieran sin rendir cuentas. Este es un gran malentendido.
Aunque es cierto que algunos trabajos remotos ofrecen horarios más flexibles, en la mayoría de los casos las empresas siguen implementando sistemas para el registro de las horas trabajadas. De hecho, como nos comentan los expertos de Time Net, esta aplicación de registro de jornada laboral, muchas organizaciones utilizan herramientas digitales como software de gestión de tiempos, que permiten a los empleados fichar cuando empiezan y terminan su jornada, así como registrar sus pausas.
El seguimiento del tiempo no es para controlar solo que los trabajadores cumplan, sino también para respetar con normativas legales sobre la jornada laboral. En muchos países, las leyes laborales exigen un registro riguroso de las horas trabajadas para garantizar que los empleados no trabajen en exceso y que tengan sus descansos reglamentarios. Por tanto, los empleados que trabajan desde casa están tan sujetos a estas regulaciones como los que trabajan en una oficina tradicional.
El teletrabajo también tiene horarios
Una idea errónea es que el teletrabajo significa libertad total de horarios.
En la mayoría de los casos, se sigue teniendo un horario establecido. Este horario puede coincidir con las horas estándar de la empresa o puede ser acordado entre el empleado y el empleador, pero existe un marco de tiempo que debe respetarse.
¿Por qué es necesario mantener un horario? Principalmente, para garantizar la coordinación del equipo y la comunicación efectiva. A menudo, las tareas requieren colaboración, reuniones, o simplemente la disponibilidad para responder correos y llamadas de los clientes o colegas. Si cada empleado decide trabajar a su antojo, la sincronización y la eficiencia de la empresa se verían gravemente afectadas.
Así que, en la práctica, la mayoría de los teletrabajadores siguen cumpliendo con un horario que no es tan distinto al de una oficina convencional.
Los descansos y vacaciones son un derecho, no un lujo
Otro punto que se malinterpreta es el concepto de descanso y vacaciones.
Existe la creencia de que los teletrabajadores están «descansando» todo el tiempo por el hecho de estar en casa. Esto no puede estar más lejos de la realidad. Los empleados remotos también necesitan tomar descansos y vacaciones. La fatiga, el agotamiento y la falta de desconexión son problemas comunes, precisamente porque las fronteras entre el trabajo y el tiempo personal pueden volverse difusas.
No se trata solo de garantizar la productividad, sino también de velar por la salud mental y física de sus empleados. Además, el derecho a las vacaciones sigue siendo el mismo. Las políticas de vacaciones no cambian solo porque alguien trabaja desde casa.
Los descansos y vacaciones son tan necesarios para los teletrabajadores como para aquellos que trabajan en un entorno físico de oficina.
La compensación extra por trabajar desde casa
Una cuestión menos conocida pero importante es que muchos teletrabajadores reciben compensaciones adicionales, conocidos como «pluses».
Esto se debe a varios factores. Por un lado, trabajar desde casa puede implicar ciertos costes para el empleado, como electricidad, internet, o la compra de equipo ergonómico adecuado (aunque a veces te los proporciona la empresa). Por ello, algunos optan por proporcionar un subsidio mensual o un reembolso para cubrir estos gastos adicionales.
Por otro lado, algunas organizaciones también ofrecen un incentivo extra como parte del paquete de beneficios del teletrabajo. Esto puede estar vinculado al ahorro que la empresa obtiene al no tener que mantener tantas oficinas físicas. Estos incentivos no solo compensan los costos adicionales, sino que también sirven como un gesto de buena fe para motivar y retener al talento. No todas las empresas ofrecen estas compensaciones, pero es una tendencia que está en aumento en el mundo laboral remoto.
El teletrabajo tiene políticas claras y expectativas definidas
Muchos piensan que el teletrabajo es un terreno sin reglas.
Esta percepción es equivocada. Las empresas han desarrollado políticas claras y directrices que regulan cómo debe llevarse a cabo esta modalidad. Estas políticas incluyen desde los horarios de disponibilidad hasta las expectativas de respuesta a correos electrónicos, participación en reuniones virtuales, uso de herramientas de comunicación, y más.
Las expectativas suelen ser definidas para evitar malentendidos. Por ejemplo, algunas organizaciones esperan que sus empleados estén disponibles durante ciertas horas del día, mientras que otras pueden requerir una actualización diaria de las tareas completadas.
Sin una política clara, el teletrabajo podría convertirse en un caos, por lo que las empresas invierten en establecer normas para garantizar un flujo de trabajo coherente y eficiente.
No todo es flexibilidad y libertad: hay desafíos reales
Aunque el teletrabajo puede ofrecer beneficios significativos, como evitar los desplazamientos o permitir una mejor conciliación familiar, también tiene su lado menos cómodo.
Uno de los problemas más comunes es el aislamiento social. Trabajar desde casa puede hacer que los empleados se sientan desconectados de sus colegas, lo que puede afectar la moral y la motivación.
Otro desafío es la dificultad para desconectar. Cuando el hogar se convierte en la oficina, es fácil caer en la trampa de trabajar más horas de las debidas. Las líneas entre la vida personal y profesional se difuminan, lo que puede llevar a un agotamiento emocional.
Por eso, es esencial que los teletrabajadores establezcan límites claros y que las empresas promuevan la importancia del equilibrio entre el trabajo y la vida personal.
La productividad está siendo monitoreada más que nunca
Contrario a la creencia popular de que el teletrabajo significa menos supervisión, muchos empleados remotos están bajo una vigilancia más intensa que en la oficina.
Herramientas de monitoreo de productividad, seguimiento de teclas, y programas que capturan pantallas son utilizados por algunas empresas para asegurarse de que sus empleados están trabajando efectivamente desde casa. Aunque puede sonar invasivo, se utiliza para garantizar que los proyectos se estén completando a tiempo y que no haya un descenso en la calidad del trabajo.
De hecho, muchos empleados remotos sienten una presión adicional al tener que demostrar que están trabajando eficientemente desde casa, a veces resultando en más horas de trabajo o un enfoque más riguroso en su productividad.
El equipo necesario para el teletrabajo es responsabilidad compartida
El teletrabajo requiere de equipo adecuado para ser eficiente.
Muchas empresas proporcionan a sus empleados todo lo necesario para trabajar desde casa, como ordenadores portátiles, monitores, teclados ergonómicos y sillas adecuadas. En otros casos, las empresas ofrecen un extra para que los empleados puedan adquirir lo que necesitan.
Sin embargo, esto varía de una empresa a otra, y es fundamental que el empleado conozca cuáles son sus derechos y responsabilidades al respecto.
A menudo se asume que el trabajador remoto debe cubrir estos costos, pero, en muchos casos, es responsabilidad del empleador asegurarse de que el empleado tenga lo necesario para llevar a cabo su trabajo de manera efectiva.
Los equipos siguen necesitando coordinación y trabajo en equipo
La colaboración no se detiene porque los empleados trabajen de forma remota.
Las empresas siguen necesitando equipos coordinados y comunicados para que los proyectos se completen con éxito.
Para ello, se utilizan herramientas digitales como Slack, Microsoft Teams, Zoom, entre otras, que facilitan la comunicación diaria y la gestión de proyectos.
En muchos casos, esto significa más reuniones virtuales, más informes, y un esfuerzo constante para mantenerse alineados con los objetivos del equipo. Aunque es posible que los empleados trabajen desde diferentes lugares, el trabajo en equipo sigue siendo tan esencial como siempre.
El teletrabajo no es para todos: requiere disciplina y autogestión
Aunque el teletrabajo tiene múltiples beneficios, no es la mejor opción para todos.
Requiere un alto nivel de autodisciplina, capacidad de organización y gestión del tiempo.
Algunas personas se sienten más motivadas y productivas en un entorno de oficina con una estructura más formal y una supervisión más cercana.
Por lo tanto, es importante reconocer que el teletrabajo no es una solución única para todos, y lo que funciona para una persona puede no ser ideal para otra.
Entonces, ¿Qué es mejor?
Decidir si el teletrabajo es mejor que el trabajo en oficina depende de muchos factores y de cada persona. El teletrabajo ofrece ventajas como la flexibilidad horaria, el ahorro en desplazamientos y la posibilidad de un mejor equilibrio entre la vida personal y profesional.
Sin embargo, también conlleva desafíos como el riesgo de aislamiento, la dificultad para desconectar y la necesidad de una gran autodisciplina para mantener la productividad. Por otro lado, trabajar en una oficina puede facilitar la comunicación, la colaboración y el sentido de pertenencia al equipo, aunque implica rigidez en horarios y desplazamientos.
La elección entre uno u otro dependerá de tus preferencias, estilo de trabajo y necesidades personales, y de cómo tu empleador gestione y apoye estas modalidades de trabajo.
Así que, considera los pros y los contras antes de decidir.