Crece la intolerancia alimentaria en España

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En España, y a nivel internacional, las alergias no dejan de crecer. Personas adultas que antes no sufrían de esta enfermedad ahora la padecen a ciertos alimentos, al polvo, o al polen, y quienes ya sufrían de problemas alérgicos tienden a sufrir episodios más fuertes y se agravan sus síntomas. Sin embargo, es muy fácil confundir alergia alimentaria con intolerancia si no acudes a un facultativo y, por desgracia, las intolerancias tampoco dejan de crecer.

Los expertos lo achacan a la polución, el medio ambiente y el cambio climático pero la realidad es que aún no está del todo claro el motivo por el que las intolerancias alimentarias no dejan de crecer aunque parece haber un mayor golpe en los meses de verano.

Hoy, con la ayuda de Farmacia Ramón Ventura, expertos en test de intolerancias alimentarias, vamos a ver las diferencias entre alergias e intolerancias.

La alergia se produce cuando el organismo entra en contacto con un alérgeno, es decir una sustancia que el organismo identifica como una amenaza y para defenderse de ella desencadena un proceso inflamatorio mediante la producción de anticuerpos IgE, causando desde rojeces, erupciones o lagrimeo hasta edemas, inflamación de labios y boca, problemas respiratorios o shock anafiláctico, una reacción alérgica grave que puede causar la muerte.

La intolerancia, sin embargo, se produce cuando el organismo no es capaz de procesar o digerir un compuesto de los alimentos, lo que puede causar problemas digestivos, como náuseas, vómitos, inflamación y dolor abdominal, retortijones y episodios de diarrea. Una intolerancia alimentaria también puede estar detrás de problemas dermatológicos, como acné; neurológicos, como dolor de cabeza o migraña, y endocrinos, impidiendo la pérdida o control del peso. Aunque la intolerancia puede ser molesta y tener un impacto negativo en la calidad de vida, no es tan peligrosa o grave como una alergia.

Las causas de la intolerancia alimentaria incluyen las siguientes:

  • Ausencia de una enzima necesaria para digerir un alimento por completo. La intolerancia a la lactosa es un ejemplo común.
  • Síndrome de colon irritable. Esta afección crónica puede causar calambres, estreñimiento y diarrea.
  • Sensibilidad a aditivos alimentarios. Por ejemplo, los sulfitos utilizados para preservar las frutas secas, los alimentos enlatados y el vino pueden desencadenar ataques de asma en personas sensibles a los aditivos alimentarios.

Intolerancia a la lactosa

El ejemplo más frecuente de intolerancia alimentaria es a la lactosa, un tipo de azúcar presente en la leche y que está formado por dos moléculas, una de glucosa y otra de galactosa.

Para metabolizar la lactosa nuestro organismo necesita una enzima denominada lactasa, que se encarga de degradarla. Sin esta enzima es imposible digerir la lactosa, por lo que si nos falta la lactosa termina acumulándose en el intestino causando síntomas muy molestos. Tras la lactosa, las intolerancias más frecuentes son al gluten (celiaquía), presente en el trigo, la avena, la cebada y el centeno; la sacarosa y la fructosa que se encuentran en frutas, verdura y edulcorantes como la miel.

En cuanto a las alergias alimentarias, la prevalencia ha aumentado mucho en los últimos años y afectan al 8% de los niños y al 4% de los adultos.

El ranking de estas alergias lo encabeza la leche por la presencia de caseína, lactoglobulina y lactoalbúmina, seguida del huevo y derivados debido a las proteínas ovoalbúmina y ovomucoide), el pescado, las legumbres (lentejas, soja), los cereales (trigo) y los frutos secos. Los cacahuetes son los que más reacciones alérgicas provocan, en ocasiones muy graves.

Pruebas para detectar intolerancia

Ante cualquier molestia que pudiera indicar la presencia de una intolerancia o de una alergia alimentaria, es importante acudir al médico especialista para que nos ayude a identificar el alimento que la causa.

Lo primero que debes saber es que el Digestivo/Alergólogo/Endocrino, si lo cree conveniente, manda al paciente realizarse las pruebas de lactosa, fructosa y gluten, sin embargo, el test de intolerancia alimentaria en sí, es una prueba privada que el paciente solicita por su cuenta y recibe los resultados con la dieta que debe hacer.

Este tipo de test se suele repetir cada 6 meses aproximadamente, aunque siempre será el médico especialista quién lo determine.

El alergólogo especialista es quién hace las pruebas de la alergia a alimentos analizando una pequeña muestra de sangre, así, podemos saber si somos alérgicos a través de un test específico que determina la alergia a los 20 alimentos más alergénicos de una dieta común.

Una vez determinada la alergia, el especialista pautará el mejor tratamiento preventivo y terapéutico para nuestro caso, que puede incluir:

  • Prohibición total del alimento
  • La inducción oral de tolerancia (administración de pequeñas cantidades del alimento de manera controlada hasta generar cierta tolerancia)
  • La inmunoterapia, basada principalmente en vacunas sublinguales.
  • La administración de fármacos que pueden interferir en la reacción inmunológica que ocasiona la alergia.

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