Si pensamos en cálculos, asociados a la salud, a nuestra mente acuden los cálculos renales. Piedras en el riñón y sus dolorosas consecuencias. Sin embargo, algo que pocos conocemos es el caseum amigdalar o Tonsiolitos, lo que viene a ser, piedras en las amígdalas. Esta peculiar patología se produce en la garganta, concretamente en las amígdalas y provoca una serie de molestias que afectan en el día a día de la persona. Aunque poco conocido, salvo para quien las padece, resulta importante conocer su origen y la manera en la que se pueden eliminar estas piedras que anidan en la garganta.
A nosotros, particularmente, nos ha llamado la atención este tipo de patología, por lo que no hemos dudado en informarnos para compartir la información más relevante. Lo primero que diremos al respecto es que los tonsiolitos, aparecen en las amígdalas, a consecuencia de una presencia excesiva de microorganismos en la cavidad oral. En este punto, resulta elemental recordar que las amígdalas son los ganglios que se sitúan en la parte posterior de la boca, una a cada lago, como custodios encargados de la prevención de todas aquellas enfermedades producidas por bacterias.
Como nos advierten los profesionales de la odontología de la Clínica Dental Monalisa, no hay que confundir tonsiolitos con amigdalitis, aunque ambas enfermedades se produzcan y desarrollen en la misma parte de la boca. No se trata de lo mismo, ni se le parece. Mientras que los tonsiolitos son acumulaciones de cálculo a consecuencia de diversos agentes patógenos o restos de comida, la amigdalitis, consiste en la inflamación de estos ganglios como respuesta inmunológica por parte el organismo, ante una infección.
La amigdalitis provoca el crecimiento de las amígdalas, proporcionando una coloración más roja, mientras que los tonsiolitos, tienen un aspecto semejante al de pequeñas piedras blancas o incluso, bolitas similares a los granos de arroz.
Porque se producen los tonsiolitos
Las causas de que se produzcan este tipo de piedras en nuestra cavidad oral, son diversas. Siendo la mala higiene dental una de las principales causas de su origen y aparición, también puede deberse a problemas derivados de la enfermedad periodontal, las infecciones o el tabaquismo.
Con motivo de una deficiente higiene bucal, se producen diferentes patologías en la cavidad oral, razón de más para hacer hincapié en su importancia. En el caso de los tonsiolitos, los restos de comida y la presencia de microorganismos, producen un efecto de acumulación en la zona de las amígdalas. Al no ser retirados de la forma adecuada, estos se endurecen y se produce la formación de los cálculos.
En el caso de padecer enfermedades periodontales como la periodontitis o la gingivitis, la posibilidad de que se produzcan tonsiolitos de gran tamaño, se incrementa. Estas patologías, implican una acumulación anómala de las bacterias bucales que se alojan en las encías, pudiendo llegar a crear piedras de mayor tamaño en la zona de las amígdalas.
No puede faltar el tabaquismo, cuyo consumo habitual, es responsable de numerosas patologías en todo el organismo. En el caso de los tonsiolitos, el tabaco aumenta de forma considerable la carga bacteriana de la boca, puesto que desprende sustancias toxicas y constituye uno de los principales motivos de que se produzca cáncer oral.
Respecto a las infecciones, todas aquellas que provocan inflamación de las amígdalas, promueven la aparición de tonsiolitos, aunque no siempre vayan de la mano.
Como podemos observar, las causas de que se produzcan tonsiolitos no son muy particulares. De hecho, se trata de hábitos muy comunes que en algunas personas conllevan la aparición de estos cálculos que, aunque parezcan inofensivos, causan ciertas molestias.
Algunos se preguntarás si se trata de una patología contagiosa. Lo cierto es que no. Cuando el origen reside en la presencia de restos de comida o microorganismos, es muy extraño que puedan producirse contagios entre personas. No obstante, en el caso de que se trate de un origen a consecuencia de una infección y sus correspondientes bacterias, las que producen amigdalitis, si puede darse un contagio, pero de las bacterias causantes, no del tonsiolito en sí. Esto se produce de forma habitual, a causa del contacto directo de las secreciones salivares de la persona que sufre los tonsiolitos, por ejemplo, mediante un estornudo o por darse un beso. Lo mismo que sucede con la piorrea.
Las consecuencias y sus remedios
La aparición de cálculos en la garganta, tiene diferentes grados de gravedad, a razón de su origen y tamaño. No es lo mismo esos tonsiolitos que no se ven, por encontrarse en una zona posterior de la boca, que aquellos que resultan visibles al abrir la cavidad oral.
Estas piedras pueden derivar en que los pacientes que las sufren presenten las siguientes molestias o sintomatología:
- Halitosis o mal aliento.
- Manchas blancas en la parte posterior de la boca.
- Dolor de garganta, especialmente en el caso de que exista inflamación de las amígdalas.
- Complicaciones al hablar o tragar, cuando se trata de piedras de gran tamaño y existe inflamación. En estos casos, abrir la boca puede conllevar dificultad.
- Sensación de molestia al notar un cuerpo extraño o anómalo en la boca.
- En las infecciones de curso agudo, acompañadas de amigdalitis, puede producirse dolor de oídos.
Estos síntomas son muy comunes a otras molestias producidas en la boca, por lo que conviene prestar atención para averiguar si se trata de tonsiolitos y combatirlos.
Como tratamiento para esta patología, lo primero que hay que saber que existen varios tipos, a razón de la causa. Por lo que resulta esencial, detectar la misma, antes de que se inicie cualquier tratamiento posible.
Lo más recomendable, naturalmente, es la prevención. Se aconseja a todas aquellas personas que padecen amigdalitis de forma frecuente que sigan una serie de acciones preventivas. Esto es así por tratarse de pacientes con mayor probabilidad de padecer tonsiolitos. En estos casos, no está de más prestar una especial atención a la aparición de los síntomas.
Acudir al dentista con regularidad, ayuda a detectar a tiempo cualquier indicio de la aparición de tonsiolitos en la boca. Por lo que hay que seguir las pautas y recomendaciones que proporcionan los dentistas y procurar no faltar a las revisiones.
De sobra es sabido que mantener unos buenos hábitos de higiene bucodental es la base de una buena salud dental. Seguir las rutinas adecuadas de higiene dental, resulta el mejor tratamiento y es imprescindible. Retirar de forma adecuada los restos de comida presentes en la boca y evitar que proliferen las bacterias es indispensable. En este sentido, recordar que no hay que limitarse al uso del cepillo de dientes, completar la higiene con colutorios, cepillos interproximales e irrigadores, es fundamental. Por supuesto, no hay que olvidarse de la lengua a la hora de realizar la limpieza bucal.
Aparte de esta medida, tan esencial y básica como la higiene dental en casa, no hay que dejar a un lado la profesional. Igual de importante resulta recurrir a las limpiezas dentales profesionales de forma puntual, para poder disfrutar de una boca limpia, sana y libre de bacterias. Salvo que se padezca algún tipo de enfermedad periodontal, basta con una limpieza cada diez o doce meses. En el caso de que el dentista haya detectado en algún momento alguna complicación relacionada con los cálculos, lo mejor es realizar la limpieza con mayor frecuencia, cada cuatro o seis meses.
Respecto a los tratamientos médicos posibles, en el caso de que los tonsiolitos sean a consecuencia de una infección, hay que abordar la enfermedad con antibióticos. Algo que el profesional de la salud indicará y recetará el medicamento más adecuado en cada situación.
Para aquellos pacientes proclives a la aparición de tonsiolitos de frecuente y que padecen problemas de amigdalitis, sin que los antibióticos sean eficaces al cien por cien, se aconseja la extirpación de las amígdalas.
Con objeto de retirar las piedras de la garganta, se puede recurrir a diversas técnicas: desde remedios caseros hasta asistencia profesional. Es decir, puedes quitarlos en tu propia casa y por tus propios medios o recurrir al dentista. En cualquier caso, de hacerlo en casa, conviene seguir las pautas de un profesional y no lanzarse a la aventura. Puede hacerse con ayuda de un cepillo de dientes, un irrigador, haciendo gárgaras e incluso tosiendo o recurriendo a un bastoncillo para retirarlos. Siempre con sumo cuidado y sin utilizar objetos punzantes. El dentista o profesional de la salud, explicará la técnica más adecuada para evitar riesgos y posibles daños.
En la consulta del dentista, retirar estas piedras, es algo habitual para ellos, por lo que se realiza de forma segura y sin sentir demasiadas molestias, más allá de las propias de la zona. No obstante, lo principal es saber que se trata de este tipo de problema y no otro, para evitar causar daños innecesarios.
Aun así, no se trata de un problema de mayor gravedad, aunque si los suficientemente molesto como para prestar la atención adecuada. Ante la aparición de síntomas o la sospecha de que se desarrollan tonsiolitos en la garganta, lo mejor es acudir al profesional de la salud para que determine la causa y el tratamiento a seguir. Poco más podemos añadir sobre esta interesante patología bucodental, desconocida para la mayoría.