Cabos de amarre: imprescindibles en una embarcación de recreo

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Ha llegado el buen tiempo y lo cierto es que es la época del año que casi todo el mundo prefiere para disfrutar de unos días de asueto y libertad. Nos lo merecemos todos y cada uno de nosotros y nosotras, porque está claro que el año se hace duro y necesitamos coger fuerzas en algún momento. En España, la mayor parte de las personas que decide disfrutar de sus vacaciones fuera de casa apuesta por hacerlo cerca de la costa, donde podemos disfrutar de la relajación y la calidad de vida que nos ofrecen el mar y la playa.

En los últimos años, se está poniendo de moda una manera particular de disfrutar de estas vacaciones tan merecidas en la playa: disponer de una pequeña embarcación. No nos extraña que así sea: las playas se colapsan con tantas personas y lo mejor es que tengamos nuestra parcelita navegable lejos de los demás y garantizando esa tranquilidad por la que llevamos suspirando a lo largo de todo el año. Desde luego, es algo que necesitamos y que debemos valorar siempre. Y una pequeña embarcación nos puede ayudar de una manera muy interesante a cumplir con ese objetivo.

Se está produciendo un aumento del número de grupos de personas que apuestan por una manera de disfrutar como de la que estamos hablando. Buena prueba de ello es el número de matriculaciones de embarcaciones de recreo que estamos teniendo en España en los últimos años y que podéis reflejar en la gráfica del portal web Statista que os vamos a enlazar a continuación. Como podéis ver, en los años 2015 y 2016 no se llegó a alcanzar las 5.000 unidades, pero en los dos años siguientes se superó esa cifra e incluso en 2019 se sobrepasó las cota de las 6.000 embarcaciones de recreo. Estamos hablando, desde luego, de una tendencia y un negocio (el de su construcción) que se encuentra al alza.

Que haya cada vez más personas que disponen de una embarcación de recreo hace que también haya crecido la necesidad de disponer de otro tipo de productos. Hablamos, por poner un ejemplo, de los cabos de amarre. Según nos han indicado los profesionales de Cuerdas Valero, es directamente proporcional el aumento de las matriculaciones de las embarcaciones de recreo con el aumento en las ventas de ese tipo de productos.

La seguridad ante todo 

Una embarcación de recreo es una gran idea para disfrutar de un día en familia y con nuestros amigos y amigas, pero conlleva una responsabilidad en materia de seguridad que tenemos que cumplir sí o sí. Y, en ese sentido, un cabo de amarre es una de tantas. Una embarcación necesita mantenerse controlada en todo momento. Eso es lo que hará que podamos maximizar la cantidad de buenos momentos que vivimos en ella. Por suerte, podemos decir que no suele ser habitual que se produzcan problemas de seguridad en lo que tiene que ver con las embarcaciones de recreo de las que disponemos en este país.

Un modelo de disfrute que seguirá creciendo 

No nos debe duda alguna al respecto de que va a seguir creciendo el número de embarcaciones de este tipo que vamos a tener en España. Es algo completamente lógico teniendo en cuenta el clima tan estupendo del que disponemos en prácticamente todo nuestro territorio y especialmente en las ciudades costeras del Mediterráneo. Es una verdadera suerte haber nacido en esta tierra y tener tan a mano una zona como esta. Desde luego, son muchas las personas que deberían sentirse afortunadas por ello.

Lo que tenemos claro, por otro lado, es que se va a diversificar el lugar en el que se encuentran estas embarcaciones. Actualmente, buena parte de ellas se encuentran en un lugar como las Baleares, que quizá es el sitio que mejor representa ese clima mediterráneo del que hemos venido hablando. Como ese lugar ya está colapsado durante el verano, tenemos la sensación de que las personas que adquieran un barco como de los que hemos hablado van a tender a irse a otros lugares que cuenten con una menor masificación turística en este sentido. Aunque es cierto que solo el tiempo nos puede dar la razón al respecto.

Lo importante, como os hemos comentado al principio, es que las personas encuentren una manera de disfrutar de sus vacaciones que les permita tener la sensación de haberlas aprovechado al máximo y que les permita volver a casa con las pilas cargadas y con una sonrisa de oreja a oreja. Si eso es así, significará que hemos hecho muy bien las cosas y que, seguramente, vayamos a repetir para el próximo verano. Eso es lo que está haciendo la mayoría. Por algo será, ¿no creéis?

 

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